Evolución del Derecho en competencia en México



Con respecto a la regulación de la competencia de los mercados, se debe contemplar que es un tema que ha estado presente en la sociedad desde tiempo atrás, uno de los primeros documentos normativos que hacen mención a la prohibición de monopolios es la Constitución Mexicana de 1857 que en su artículo 28 estableció:


… no habrá monopolios, ni estancos de ninguna clase, ni prohibiciones a título de protección a la         industria. Exceptuando únicamente los relativos a la acuñación de moneda, a los correos, y a los         privilegios que, por tiempo limitado, conceda la ley a los inventores o perfeccionadores de alguna mejora.


Esta norma fue un gran avance en el marco jurídico mexicano de la época, aunque no se implementó de manera efectiva hasta varios años. Por lo que, a nivel internacional, nadie hace referencia a este antecedente; posteriormente se promulga en Estados Unidos la Ley Sherman, la cual permitió estudios en esta materia sobre la protección legal contra las actividades que dañan a la misma. Más adelante, en la década de los ochenta con un pensamiento neoliberal, surge una transformación de las políticas económicas y es así como se establece que son indispensables para garantizar a las empresas una protección en el mercado.  


Por consiguiente, en la Constitución de 1917 se retoma el artículo antes mencionado y la hace un pilar para la competencia económica, pero no es hasta el año 1983 cuando se reforma este artículo incluyendo conceptos que hasta la fecha siguen regulados, como la prohibición de monopolios y las prácticas monopólicas; la obligación del legislador para sancionar a todos aquellos que busquen elevar los precios y restringir los artículos de consumo necesario a un grupo determinado de personas; asimismo, la facultad de las autoridades para sancionar dichas prácticas.


Después en 1992 se publica la primera Ley Federal de Competencia Económica, la cual reformó los artículos 25 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, esto favoreció exponencialmente al comercio internacional. Una vez que se creó una ley especializada en beneficiar a los consumidores, era necesario un órgano encargado de supervisar que se cumpliera con lo que se estipulaba: la Comisión Federal de Competencia (CFC). Esta se encontraba facultada para investigar y sancionar las prácticas monopólicas absolutas y relativas, así como revisar las concentraciones. A pesar de las atribuciones que se le dieron a la CFC, esta no fue vista como un órgano importante por la opinión pública, por lo que en sus primeros años fue débil, posteriormente tuvo mayor relevancia gracias a esfuerzos significativos de diferentes organismos internacionales, empresarios, el gobierno y la sociedad, debido a que gradualmente se identificó a la política de la competencia como un elemento central para impulsar la competitividad de la economía y el crecimiento económico en México.



















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